LA ESTRELLITA CULONA QUE VENCIÓ AL TOTALITARISMO
Durante estos días los argentinos nos hemos deleitado con la investigación que el CONICET viene desarrollando en conjunto con la Fundación Schmidt Ocean en el fondo marítimo argentino, el cual ha sido trasmitido en tiempo real por streaming a través de Youtube. La transmisión en vivo de las profundidades marinas argentinas, que nos permitió ver la enorme biodiversidad y su belleza por momentos acaparó una audiencia que, por unas horas, se permitió fusionarse y deleitarse con lo bello, dejando de lado por instante sus diferencias.
Increíblemente,
o no, ese éxito de audiencia molestó a ciertos generadores de contenidos que
promueven todo lo contrario a lo bello.
Eclipsados por una batata marina o una estrellita de mar con nalgas, el
principal jefe del aparato mediático digital salió a decir: “Muy bueno, pero
lamentablemente vamos a tener que reventar todo para sacar petróleo y volvernos
ricos”.
No extraña que a
un gobierno totalitario moleste el arte, la belleza y el conocimiento. Un
gobierno totalitario necesita exactamente todo lo contrario. Por eso el primer
mandatario ataca con énfasis a los artistas, a los periodistas e instala esa
lógica dual del “enemigo” en todo aquello que no siga su línea ideológica.
En su libro
“Improvisar” Stephen Nachmanovitch dice al respecto: “Los estados
totalitarios no pueden mantenerse cuando hay profusión de arte, cuando hay
libertad de expresión, cuando las voces de varones y mujeres se oyen como
iguales. Precisamente, porque el fundamento de esos Estados es que las personas
adhieran a la idea de que son parte de una máquina –
soldados-trabajadores-consumidores-paridoras de niños – y no personas. Por eso
debemos prestar especial atención a los intentos de constreñir la educación a
la búsqueda estrecha y acotada de lo útil, a los movimientos que apuntan a una
concepción puramente autoritaria de la vida. “
Entendiendo que
la vida es arte, y la vida, por sí misma, es belleza, es totalmente entendible
que unas inocentes y vibrantes criaturas marinas descubiertas en una
investigación científica difundida a todo el mundo en un canal de streaming
hayan visto como enemigas. Por un instante la vida, su belleza, el ansia de
conocimiento y las voces libres, hicieron que mucha gente, por un momento, nos
unamos ante los misterios que nos convocan desde siempre en un mismo lugar.
Nachmanovitch
dice también que el arte es un medio primordial para trasmitir cordura. Por eso,
todos totalitarismos fueron primero por los artistas y por el arte porque
suprimirlos es suprimir la voz de la relación humana. Así, en pos de la
utilidad, se han desfinanciado organismos culturales hasta la casi inoperancia.
Y es que los
dictadores le tienen miedo al arte. El arte es poder. ¿Quién resistirá cuando
el arte ataque? -se preguntaba Luis Alberto Spinetta y con razón – Todos los
que amamos el arte sabemos del poder que el arte desata adentro de las
personas. Nos vuelve conscientes y nos da cordura y en ese ambiente el hongo
del totalitarismo no puede echar raíces, no puede crecer la represión ni el
fundamentalismo, se derriban las barreras y crece el sentido de comunidad. Ese
mismo que, pese a todo, nos convocó, aunque sea por unas horas a ser felices
con una estrellita culona.
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