VOLVER AL COMIENZO

 

 La gente que quería cambiar el mundo se está yendo al otro lado. La partida de Ozzy Osbourne me revolvió las entrañas y me trajo a estas líneas para poner un poco de un montón de cosas que andaban dando vueltas adentro de mi.


Amo la música. Creo que la banda de sonido que musicalizará el resto de nuestras vidas se gestará en esas épocas donde creemos que tenemos todos los caminos y a la vez sentimos que no vamos a ninguna parte. Mi adolescencia transcurrió en los años 90. Soy de la generación que vio el fuego de Kurt Cobain extinguirse de un escopetazo en la boca un 5 de abril de 1994. Vió que toda la música que amaba se había convertido en carne de la industria musical.


Tal vez nos pase a todos a medida a medida que acumulamos años. Somos una ola que se va en la arena de los tiempos y atrás viene otra ola con otro ímpetu y con idéntico destino. Hoy siento que los viejos fuegos que iluminaron nuestros pasos y nuestras emociones se están yendo y con ellos un poco, también, nos vamos nosotros. En ese transcurso la muerte ya no nos parece tan terrible porque del otro lado ellos estarán ahí.


A medida que nos vamos, vamos volviendo al comienzo. Y no es mera teoría. Me ha tocado presenciarlo en seres queridos, destinados a ser próximos pasajeros de la nave de Caronte, en esos momentos previos surgían siempre las mismas referencias: los nombres de sus padres, hermanos, amigos y sus comidas favoritas flotando en una serie de inconexidades de tiempo y espacio. Pero entre esa sopa incoherente, flotaban indefectiblemente los afectos y los momentos felices compartidos. En esos finales, se volvía al principio.


El momento más viralizado del recital de Ozzy “Back to the Beginning” fue cuando cantó “Mamma i´m comming home”. En esa canción Ozzy, despidiéndose de sus fans, anunciaba que volvía al útero de su madre, no sin reproches, pero estaba volviendo al principio. Y salto al recital final de “Las Bandas Eternas” de Luis Alberto Spinetta. Sin saber, quizás, ese extenso recital fue la despedida de Luis y transitó desde el presente hasta el pasado, hasta los orígenes. La canción final fue “Muchacha” de Almedra. Los comienzos. Siempre se vuelve al origen.


Nacimos niños y de grandes volvemos a ser como niños. El reino de los cielos es de los niños decía Jesús. Las visiones del final están llenas de nuestros seres queridos que nos esperan como nos esperaron al principio.


El final de “Underground” la película de Kusturica ilustra, al menos para mí el encuentro que espero y deseo si es que hay otro lado. Una larga mesa, con nuestros queridos, los que nos amaron y los que amamos, con nuestra comida favorita y con esa música que nos abrazó del otro lado sonando para siempre.   

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